Me llamo Antonio Pozuelo “el pozu”. Nací un 5 de mayo bajo el influjo de la quinta constelación, no sé si la de Leo o la de Cáncer, mi madre no tenía muy claro este punto. El día que cumplí los cinco meses me llevaron a una gitana para que me echara las cartas y me leyera el porvenir.
- Tu chiquillo va a ser mu famoso, paya, mucha gente irá a verlo y saldrá en er tele. Ha nacío con la marca der cinco en la parma de su mano, este número guiará su vida hasta el final.
Plaza de toros de Úbeda. Cinco en punto de la tarde, aquí estoy, dispuesto a hacer el paseíllo de mi corrida número cinco desde que tomé la alternativa.
El quinto toro sale de toriles, nombre: Quintiliano, negro zaino, 584 kilos de peso; lo esperaba a puerta gayola cuando al tratar de incorporarme, resbalé y el morlaco me atravesó de una corná el quinto espacio intercostal partiéndome el corazón.
- ¡Me cago en tó los muertos de la gitana y de toa la quinta columna, la madre que parió al 5 y a toa su familia léxica !- Fueron sus últimas palabras.
Podéis presentarme vuestros respetos en la sala número 5 del tanatorio municipal. Mañana salgo el quinto en la parrilla para la incineración.
En el velatorio, al cirujano jefe de la plaza se le oyó comentar:
- El quinto torero que la palma en mi quirófano ¡manda güevos!
jajajaja hay casos -como el de tu relato- en los que el destino pareciera querer hacer nos bromas pesadas haciéndonos "sonar" alrededor de algo que nos marcara desde el inicio...ni la buena ventura de una gitana logra extraer el maleficio!jejeje
ResponderEliminarAlgo estoy seguro el número 5 no lo mató, si hubiera un toro con 5 cuernos, cambiaría de opinión. Muy buena la concatenación de distintos elementos que Juan Carlos nos invitó a crear con su premisa. Saludos muy buen aporte
ResponderEliminarA las cinco de la tarde....ayyy, en punto el puntazo, "malaje" mal fario de cinco espinas en la palma de la mano. Parece un verso de Lorca muy siniestro, pobre diestro, y encima el quinto incinerado, el quinto matado por el toro cinqueño, el quinto de la tarde de nombre ayyy Quintiliano, bonito nombre, el de mi chico que no es torero es romano.
ResponderEliminarEn mala hora nacíste, Antonio, a las cinco de un cinco de Mayo.
Tere, perfume de claveles, cinco marchitos, en tu relato funesto, con toques y estocadas cinco y más, todas muy certeras, en todo lo alto, en el hoyo de las agujas que marcan...las 10,30 de la mañana. Uf, no las cinco.
Besitos diez.
Las predicciones se cumplieron. El cinco anduvo merodeando hasta el final de su vida. Has salido un poco Lorquiana esta semana. Un beso.
ResponderEliminarPienso que la gitana no le mintió. Iba a ser mú famoso y así fué, famoso por ser un torero muerto. El fatídico cinco lo persiguió hasta el final de sus días. No sé si le dió tiempo a pronunciar cinco maldiciones antes de expirar definitivamente. Disfruta de tu estancia rural.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, la gitana acertó de pleno y el cinco guió su vida.
EliminarMuchas gracias.
Besos
Y además era tauro, como yo. Supongo que Tele5 repitió la cogida hasta la saciedad, ¡qué horor, que morbo!
ResponderEliminarUna cosa que me ha encantado es que tengo muchas ganas de hacer un relato en clave taurina, no soy especialmente aficionado, pero es un mundo fascinante con lenguaje y cultura propia.
Besos, amiga, pasadlo genial. Me haces pensar eso de ¡quien estuviera en Asturieees ...!
A cada cual que le toque su cinco! Y el pobre a ligado muy mal.
ResponderEliminarDespués que no digan que el destino a veces no conspira contra uno!
Siempre con tu cuota de humor, tus relatos no dejan de ser especiales y robar sonrisas (a pesar de la trágica suerte de Antonio Pozuelo.
Cinco besos al vuelo, para estar a tono:
Gaby*
Puede parecer exceso de cincos, pero las coincidencias existen. Un abrazo.
ResponderEliminarLógicamente la ironía del relato está en la exageración llevada un poco hasta el absurdo.
EliminarUn beso.
Teresa, me tome en serio de tus vacaciones, jajaja
ResponderEliminarEstoy de cinco, espero que no sea como el de tu relato, que el cinco le vino de cola.
Muy bueno, la verdad estalle en risa.
Un abrazo.
Y era en serio, estoy de vacaciones, pero no me he ido del todo, mientras tenga wifi...
EliminarSeguro que el cinco te trae muchísima suerte.
Un beso.
UN jueves muy bien resueto. Los estoy leyendo todso y el tuyo es muy fino. Me ha gustado.
ResponderEliminarSaludos,
Pues la gitana acertó, salió el "tele". Muy divertido Teresa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarVaya mala suerte, en este caso vaya cenizo el cinco, mejor apostar por el dos, no se yo.... Al torero no le dio tiempo ni a demostrar sus cualidades.
ResponderEliminarUn humor negro muy bien llevado
Un abrazo
Ay me da cosita esto de nacer un día 5, menos mal que yo lo hice pero un 5 de abril!!!
ResponderEliminarMe divertí mucho con tu relato Tere, es tragicómico pero uno lo lee con humor.
Un gusto estar mejor para poder leerte :)
Besotes
Si que estaba escrito, si. Pero falló el refrán taurino.... No hay quinto malo.
ResponderEliminarUn beso
jaja... que gracioso el relato, me encantó hasta la forma de hablar. Estaba destinado a eso. 5 besos!
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