RECUERDOS, SUEÑOS O PENSAMIENTOS
El relato de esta semana
lo escribí hace algún tiempo, fue una de las primeras entradas de este blog;
puede que algun@s ya lo conozcáis pero al leer la convocatoria de MªJosé no lo
dudé, sería un bonito recuerdo y un enorme abrazo virtual a mi abuelo que nos
dejó hace ya algún tiempo.
El texto es un sueño real (todo lo real que puede ser un sueño) y recurrente que se cuela en mi cabeza muchas noches y que ha
pasado de dejarme el corazón encogido a dibujarme una hermosa sonrisa.
Así que se lo dedico a
él:
Para mi
abuelo Andrés porque esté dónde esté seguro que lo lee…
EL
AUTOBÚS DE MADRUGADA
Aquella noche volví a
abandonar mi cuerpo, no lo hacía por primera vez, ya no me asustaba,
simplemente me dejaba ir.
Esperé en el portal, todo
permanecía tranquilo, era de madrugada y tan solo algunos jóvenes que
regresaban a casa rompían el silencio de la noche.
Pasó mi autobús, lo reconocí
sin problemas, subí y me senté junto a la ventanilla, emocionada
y nerviosa. No estaba sola, había más viajeros en el vehículo.
Por fin llegamos a la
siguiente parada, las puertas se abrieron y allí esperaba él, de nuevo, con su sombrero de fieltro gris
y su gabardina, tal y como yo lo recordaba. Subió al autobús, saludó al
conductor y se sentó junto a mí.
No sé durante cuánto
tiempo hablamos ni cuánto duró nuestro recorrido, pero poco a poco el autobús
se fue quedando sin pasajeros.
Amanecía…
Solo estábamos los dos
cuando el vehículo se detuvo y mi abuelo me dijo:
-
Es tu parada, los vivos os bajáis aquí.
Y volví a ocupar mi
cuerpo.
Más sueños, recuerdos o pensamientos en el lugar de encuentro de MªJosé
Es la bendición de los sueños, cuando nos encuentra con los seres amados y seguramente la charla quedara en algún rincón, para cuando se necesite recordar una buenas palabras de quien seguramente nos ama.
ResponderEliminarToda la ternura siento en este sueño tan tuyo.
Un tesoro.
Un abrazo teresa.
Con un cariñoso, tenaz esfuerzo de la mente, ese bus te condujo al hombre del sombrero de fieltro, hermoso trayecto, a la larga nunca se marchan, permanecen incluso más allá de los sueños.
ResponderEliminarUn besito cariñoso Tere.
Qué alegría cuando soñamos con seres queridos que se han ido. Los vemos tan reales como cuando estaban con nosotros y al despertar sentimos una paz interior muy grande. Creo que nunca nos vamos del todo mientras haya quien nos recuerde y nos sueñe.
ResponderEliminarEras consciente en tu sueño de que tu abuelo había muerto pero como en todos los sueños alteramos como queremos la realidad.
Un beso, Leonor.
Un sueño lleno de esperanza, muy bien descrito. Lo de dejar el cuepo da miedo; pero supongo que te acostumbras y después se vive como algo normal.
ResponderEliminarUn abrazo
Que bonito sueño.Yo siempre he creído que no nos abandonan,simplemente están en otro lugar, pero siguen cerca de nosotros.Esas personas son nuestros ángeles, que nos cuidan y nos protegen todos los días.Gracias por compartir Tere.Un besazo
ResponderEliminarSusanita! qué alegría verte por aquí, por fin has conseguido entrar en el blog y comentar... pues que no se te olvide cómo se hace.
EliminarGracias guapísima!!
Un besazo
Un sueño... Un viaje... Esas cosas extrañas que nos obsequia la vida, donde un hilito casi imperceptible intenta marcar un límite (un límite que se rompe, porque nuestra inquietud, nuestro deseo, tan íntimo y fuerte, nos lleva de algún modo hacia dónde y hacia quiénes queremos). La noche a través de un sueño te dio esa chance, y seguro que fue esperanzador y tierno ese recorrido junto a tu abuelo.
ResponderEliminarBesitos al vuelo:
Gaby*
Alguna vez me gustaría lograr hacer ese viaje y sentarme junto a mi mamá compartiendo un rato el mismo trayecto...
ResponderEliminarMe has hecho emocionar...
=)
Un abrazo
Un sueño totalmente diferente: recordar y vivir momentos tan reales como entrañables. Un abuelo querido es la persona que se desea volver a ver. Un relato curioso y afectuoso.
ResponderEliminarUn abrazo
Un sueño cargado de ternura, esa forma de seguir charlando con una persona querida y en un viaje. Y la despedida del abuelo impresionante, hasta la siguiente charla.
ResponderEliminarBesos, amiga güevera.
Guau! Si fuera posible subir a ese autobús me gustaría encontrarme con mi padre, que seguramente vendría escuchando música y tarareando alguna melodía. Me diría "escuchá, escuchá esto!" y me convidaría algún caramelo de menta.
ResponderEliminarSeguro que el señor de sombrero y gabardina te leyó este jueves.
;)
un beso
Me emocioné y me quedo pensando. Seguro que con el corazón y la mente los buscamos y seguro que ellos vienen a nuestro encuentro, y de alguna manera nos abrazamos de nuevo, y los tenemos. Solo que hay que agudizar mucho más la sensibilidad.
ResponderEliminarEsa charla, cuando se ha querido tanto a alguien, no termina... siempre se puede a emprender el viaje a su encuentro, en nuestros sueños está uno de los caminos.
besos jueveros, alegre y constante Tere!
Recuerdo esta entrada, lo que no se es lo que te respondí, ahora al volverte a leer me sugiere, ya que dices que es un sueño repetitivo que algo muy grande te sigue uniendo a tu abuelo y que tu inconsciente te está avisando de que ya debes de soltarlo. A los muertos hay que saber enterrarlos, eso es el trabajo de duelo, doloroso pero necesario.
ResponderEliminarGracias por estar aqui.
Besos
El reencuentro esperado con las personas que queremos y se nos fueron... te entiendo, a mi me quedaron tantas cosas que hablar con él, se echa de menos.
ResponderEliminarBesos
Un sueño repetitivo, seguro que la relación con él debió ser muy especial. Me ha gustado especialmente lo que comentas en la introducción, que ya te provoca una sonrisa,eso suena a aceptación y es bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una belleza este relato. Qué lindo reencuentro!!!
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Precioso recuerdo el de este sueño. Entiendo que aunque te inquietara al principio, te dejara una sonrisa al final. Entiendo lo de salirse del cuerpo en un sueño... En los sueños viajamos mucho... Muchas veces estamos más despiertos para cosas más "fantásticas" e incomprensibles, que cuando no dormimos. Y es verdad que, a veces cuando "dormimos", vienen a visitarnos los muertos. Es precioso cuando son seres queridos. Mi abuelo, la misma noche en que murió, vino a despedirse de mí. Estaba allí, me beso en la frente, no dijo nada y se fue. Tu texto me ha llevado a recordar con emoción y a pensar sobre esos viajes que hacemos semidespiertos.
ResponderEliminarUn abrazo y encantada de conocer tu rincón
Muchas gracias a tod@s por vuestras palabras y por "recordar" visitarme jejeje.
ResponderEliminarBesos.