El tema de la propuesta: "Habla del silencio..."
SILENCIOS
Hablo y nadie me escucha.
hablo ante un auditorio vacío,
hablo y por toda respuesta obtengo un grito de silencio.
No quiero hablar para un oyente ausente,
no quiero gastar palabras que se pierden en la nada,
ni la reverberación de mi eco en la distancia.
No quiero y no lo haré.
No compartiré más mis sentimientos,
ni responderé mis preguntas,
ni me contaré mis historias,
ni me reiré de mis chistes.
No haré de este viaje un monólogo unívoco
en un desolado escenario sin público.
Sellaré mis labios para siempre con dignidad.
Tenías razón.
Nadie escucha a los muertos.
Más historias silenciosas en casa de Nieves
Y aunque hoy no he venido aquí a hablar de mi libro aprovecho, con el permiso de la anfitriona, para recordaros los links de compra de Orbis... en amazon, por si aún no lo tenéis ;)
Un texto que halla en su final, el detalle que pone en su lugar cada punto y cada coma que, con firmeza, va determinando la historia.
ResponderEliminarMuy bueno.
=)
Tiene tu estilo. Cada palabra es una preparación para el último verso.
ResponderEliminar"un desolado escenario sin público" ¡cuantas veces uno se siente asi!
ResponderEliminarY el final cierra todo ese poema que habla de un silencio, de una soledad única.
ResponderEliminarFiel a tu estilo amiga, eriza la piel
Un beso enorme!!!
Madre mía, Tere, me has dejado impactada con ese final. Muy bueno. Besos
ResponderEliminarComo casi todos por aquí, final espectacular y no previsible. Me ha gustado. A eso le uno que me encantan esos finales en los que... bueno hay algo del mas alla.
ResponderEliminarUn beso.
Me encantó el poema, con esos dos impredecible versos finales.
ResponderEliminarUn abrazo.
A ellos ya nadie los escucha, y a lo mejor y más triste nadie los recuerda.
ResponderEliminarUn abrazo
Un silencio sin publico, desolador, aterrador. Me gusto mucho el final inesperado, una creacion muy propia para la convocatoria.
ResponderEliminarBesos
Es muy bueno y con un atormentado aire de tristeza, además tiene ese giro final tan inesperado que por derecho propio merece estar en el Orbis.
ResponderEliminarUn beset Teriri.
Pues yo diría que has conseguido que se les oiga. Me ha encantado amiga.
ResponderEliminarUn beso.
Bueno, amiga güevera, la pregunta que me surge es como saber cuando se está muerto. Porque llevas a ese mundo en que la distinción entre vivos y muertos es muy difusa.
ResponderEliminarBesos.
A través de tu escrito, vas transmitiendo la desazón, la impotencia, la desesperación al ver que la voz no alcanza oído alguno. El final, pone la contundencia que aclara las cosas... Sencillamente, excelente!
ResponderEliminarBesos amiga!
Gaby*
Ese es el único y verdadero silencio tal como se define. No me gusta ese silencio y sin embargo es tan nuestro como la propia vida. Un besito ahijajuevera
ResponderEliminarEs un poema muy bueno. que esconde hasta el final, la verdadera y
ResponderEliminartriste realidad. Un placer pasar por tu blog. Un saludo cordial
Hablar y no encontrar quien escuche, mientras se hace dueño ese silencio, es una sensación angustiosa que destruye cualquier relación, sea del tipo que sea. Es facil encontrarse de cara con él, mejor no mirarle a la cara.
ResponderEliminarBesos.
Lamentablemente, Tere, los muertos no hablan y tampoco piensan. Así que tu muerto es una honrosa excepción a la regla, ya que piensa en lo inútil de su discurso, ese que nadie oye. Mejor está calladito. Algo más en serio: Me ha gustado mucho tu poema que nos va llevando hacia ese final inesperado, algo habitual en tí.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo