Tengo que reconocer que me encantan tanto la palabra que ha escogido Sindel para esta semana como el objeto en sí y sus propiedades mágicas de amuleto y talismán protector, así que no quería perderme la propuesta y para ello os traigo un texto que, si bien no es nuevo, sí tiene un pequeño guiño diferente.
Quedé atrapada en
mi propio sueño del que no conseguía despertar. Sudaba a mares, mis uñas se
clavaban con tanta fuerza en las palmas de mis manos que comenzaron a sangrar a
borbotones.
Ríos de sangre que
inundaban mi entendimiento, nublaban mi razón y mi cordura, si es que alguna
vez la tuve.
Mantenía los ojos
apretados con tanta fuerza que me dolían, sentía como si mis globos oculares
fueran a estallar y a salirse de sus órbitas manchando de sangre y humor vítreo
las sábanas de seda blanca de mi perfecta cama, en mi perfecta casa de mi perfecta existencia… o eso es lo que
todos creían.
No podía dejar de
apretarlos, ni de sudar, ni de sangrar. Aquella situación escapaba a mi control, estaba presa, inmóvil
y agazapada como una criatura indefensa y aterrorizada.
Quizá solo sea un
sueño del que no logro despertar o quizá esté muerta o aún peor, puede que solo
sea un cadáver en vida.
Creo que necesito
urgentemente un atrapasueños.
Muy bien Tere, quizá muchos somos solo eso, cadáveres en vida, o muertos que no sabemos que se nos ha acabado el tiempo y seguimos rondando el espacio que nos es conocido.
ResponderEliminarUn beso.
Muertos vivientes!.
ResponderEliminarYo también conseguiría un atrapasueños urgentemente! Aunque hay sueños que rozan más la realidad que lo onírico, sobre todo cuando esa vida perfecta empieza a sangrar dentro nuestro.
ResponderEliminarGracias por participar, amiga.
Un beso enorme.
O la supuesta realidad es un sueño para sobrellevar la realidad, que parece ser una pesadilla.
ResponderEliminarBien planteado.
Buenos días, Teresa:
ResponderEliminarImpresiona la intensidad del texto que lleva que al leerlo uno se sienta atrapado en esa pesadilla que describes. A falta de atrapasueños, me receto un aviva ilusiones de cafeina.
Un gran relato y un mejor miércoles, Teresa.
Rinnng rinnnng , a qué hora llega el príncipe azul repartidor de besos en princesas hechizadas?
ResponderEliminarVale, que se pase por ca Teresa
Un escrito que me gusta mucho, muy profundo...
ResponderEliminarUn beso grande.
Ese enfrentarse con la realidad que evitamos ver suele darse en los momentos en los que dejamos fluir nuestros sueños y nuestra conciencia.
ResponderEliminarUn abrazo!
Me ha encantado tu escrito Tere.
ResponderEliminarNo he podido pasar antes a comentar
Un beso
Isa
Un escrito que grita, se siente en la piel.
ResponderEliminarUn abrazo.