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lunes, 15 de junio de 2015

¡¡FELICIDADES DEMIURGO!!

El pasado sábado día 13 mi compañero y amigo bloggero El Demiurgo de Hurlingham cumplió diez años enriqueciendo la blogosfera y sorprendiéndonos con sus relatos, historias y aportaciones. Yo le había prometido para la ocasión un regalo en forma de reedición de los dos relatos que en su momento le dediqué; el primero de ellos tiene como protagonista a la mujer felina, Duality, y el segundo, creo que fue para una convocatoria juevera en la que la protagonista era Mara Laira, su ayudante virtual, de momento, puede que pronto nos sorprendan con otro tipo de relación :)

Mis múltiples ocupaciones me impidieron llegar a tiempo a cumplir con mi promesa por lo que te pido disculpas, pero como nunca es tarde si la dicha es buena, aquí estoy hoy a dejarte mi regalo, Demiurgo.




Todos los músculos de la mujer felina se contrajeron bajo su ajustado y sugerente traje de cuero negro. Su sexto sentido animal le avisaba de que el asesino había vuelto a actuar.

Llevaba tiempo persiguiendo la pista de aquel enmascarado que atacaba amparado en la oscuridad de la noche acabando con la vida de maleantes y toda clase de  desechos de la sociedad. No es que sintiera una imperiosa necesidad de atraparle, todo lo contrario. Para ella se trataba de un justiciero que estaba haciendo un bien a la ciudad librándola de aquella escoria… pero se estaba tomando muchas libertades en su territorio y eso no le hacía ninguna gracia, más le valía controlarle. Tendría una pequeña charla con él.

La sinuosa silueta de Duality se deslizó por los tejados de la ciudad hasta detenerse en lo alto de aquel edificio en las afueras desde el que podría observarle a sus anchas. Se encontraban en un barrio pobre y marginal; las pocas farolas que todavía alumbraban apenas conseguían  iluminar aquel callejón, el sospechoso permanecía oculto en la penumbra aguardando a su presa.

No tardó en entrar en escena un coche oscuro. Dos sombras permanecieron en su interior hasta que un segundo vehículo hizo su aparición.

Entonces, dos hombres descendieron de cada automóvil  situándose frente a frente, como en un duelo, manteniendo las distancias, retándose…

La mujer felina no podía escuchar lo que hablaban, tampoco le hacía falta, sabía que no se trataba de nada  bueno; cuando se acercaron al maletero del primer coche y lo abrieron para comprobar lo que había en su interior y que el cargamento estaba en orden se confirmaron sus sospechas: aquellos tipos negociaban con armas.

El encapuchado aprovechó para surgir de la nada justo en el momento en el que se cerraba el trato. Cuando aquellos individuos se percataron de su presencia dos de ellos ya tenían una estrella ninja atravesando su cuello, aunque sus compinches sacaron con rapidez sus armas de fuego no consiguieron frenar el ritmo vertiginoso de la catana  del justiciero que con dos movimientos certeros y mortales dejó a sus adversarios desangrándose sobre el asfalto.

Recogía sus armas de los cadáveres cuando sintió una presencia detrás de él, en esta ocasión no tuvo tiempo de sacar su catana, la mujer felina era mucho más ágil que aquellos desgraciados y con un golpe seco de su látigo desarmó a su agresor arrojándole al suelo y plantando el tacón de su bota sobre su pecho.

-      Tranquilo… si aceptas mis condiciones y llegamos a un acuerdo este encuentro se limitará a una conversación amistosa.

Esta es la situación: yo decido quién debe morir y quién debe vivir en esta ciudad, te estás metiendo en mi terreno y eso puede ser muy peligroso para ti… digamos que te propongo un pacto de “no agresión”, siempre que te limites a continuar haciendo lo mismo que has hecho hasta ahora: arrancar las malas hierbas  y tirar la basura… no quiero tener que limpiar tu mierda, ¿te ha quedado clarito?
Si eres limpio y discreto no tendremos problemas,  puede que ni volvamos a vernos… aunque lo desees.

El enmascarado se revolvió intentando zafarse de aquella impresionante mujer que estaba pulverizando su orgullo y su hombría, un brusco movimiento de su cabeza hizo que la capucha con la que se ocultaba  se deslizara dejando al descubierto su rostro y su cuello.

En ese momento ocurrió  algo que provocó que toda la calma y la serenidad de la mujer felina se vinieran abajo durante una décima de segundo, ese hombre tenía una marca de nacimiento en el lado izquierdo de su cuello exactamente igual a la suya. Toda su vida pasó entonces por su cabeza como un flashback, la muerte de sus padres, la familia de acogida que solo quiso quedarse con la niña, el duro momento de la separación y luego el vacío más absoluto, la sensación de que le habían arrebatado un pedazo de alma, esa muerte lenta y dolorosa que es la incapacidad de sentir…  esa mancha  solo podía significar una cosa: aquel justiciero encapuchado era su hermano.








MARA LAIRA

Escribo estas líneas desde mi tumba. Mara Laira acabó con mi vida o quizá debería decir que fui yo mismo quién lo hizo.

No recuerdo cuando empecé a notar aquella molesta y extraña sensación. Comenzaba con un ligero dolor de cabeza que poco a poco se iba convirtiendo en un insoportable martirio, como si me estuviesen taladrando la cabeza con una broca.

Ahí terminaban mis recuerdos. Después, el vacío más absoluto en la profundidad de mi mente, un sueño oscuro del que cuando conseguía despertar no era capaz de recordar nada.

Muy a pesar consideré que había llegado el momento de buscar ayuda profesional, la situación me superaba y afectaba ya a mi vida cotidiana.

Gracias a la hipnosis supe que en esos “vacíos “de mi mente mi persona desaparecía, que el Demiurgo era eclipsado por un personaje totalmente extraño a mí que se apoderaba de mi consciencia y de mi voluntad: una extraña chica, sexy, misteriosa, intrigante, que se hacía llamar Mara Laira y que según sus propias palabras perseguía un único objetivo: acabar con mi mediocridad.

Regresaba de la consulta del psiquiatra, estaba anocheciendo. Otra vez ese sonido  perforándome el cerebro, no vi aquella curva.

Ahora el Demiurgo no es más que un espectro vagando sin rumbo que intenta  comunicarse virtualmente con el mundo, pero no siempre ella se lo permite.




 ¡¡MUCHAS FELICIDADES Y A POR MUCHOS MÁS AÑOS LEYÉNDONOS!!

P.D. Me he permitido tomar las imágenes de Mara y de Duality de tu blog.


1 comentario:

  1. Agradezco mucho la reedición de estos relatos.
    El primero fue un regalo muy especial para mí, ya que me permitió desarrollar una interesante trama, aunque Duality no pensaría lo mismo. Y recuerdo que te salvó en uno de sus relatos, de los planes de Luis de LDU, que se lo extraña.

    Y el otro, tal vez debería vengarme en alguna ficción, pero lo agradezco. Y no sé si es casualidad o lo tuviste en cuenta, pero tengo un acufeno, siempre presente, especificamente un tinitus, como un sonido molesto. ¿Será influencia de Mara Laira?
    Por ahora, no estamos llevando bien. Demasiado bien, para algún blogero.

    Me gusta que vayas a incluir estos relatos en un futuro libro tuyo.

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