Llegamos ya a la penúltima semana de la propuesta de Sindel de este año y la palabra que nos sugiere es... LUNA.
Aprovecho para reeditar un relato incluido en mi antología ORBIS VERBUM... bajo ese título.
Vino al mundo una
oscura noche de luna negra. Su nombre guió su destino. Fue su madre la que lo
decidió, lo tuvo claro desde el mismo
momento en que supo que estaba embarazada.
Desde niña se sintió
diferente. No supo encontrar su lugar o
quizá no pertenecía a este mundo tan terrenal.
Creció y se convirtió
en una hermosa mujer que deslumbraba cada noche con su belleza iluminando a su
paso la oscuridad del crepúsculo con la palidez de su piel.
Nadie la vio nunca
salir de día, los rumores sobre esa extraña chica que al anochecer caminaba
sola hasta el claro del bosque con una antorcha en la mano, como poseída por
algún tipo de ser sobrenatural, se extendían como regueros de pólvora.
Tampoco la vieron nunca
regresar a su casa.
Los habitantes del
pequeño pueblo en el que vivía la miraban con recelo. Las mujeres la temían, convencidas de que se
trataba de alguna especie de bruja que acudía cada noche a su aquelarre
particular, los hombres la deseaban.
Un eclipse lunar le mostró
su camino. Los tres cuerpos celestes alineados una noche de luna llena
tendieron a sus pies un puente hacia el cielo para llevarla con ellos.
Unos cazadores encontraron su cadáver de
madrugada. En su lívido rostro se dibujaba una abierta sonrisa. Había
recuperado su lugar en el universo.
Luna murió feliz.
Más Lunas en casa de Sindel
Me encanta que hayas reeditado este relato, es magnífico. Y a pesar de su trágico final, lo siento como si fuera feliz.
ResponderEliminarGracias, amiga, por sumarte una vez más.
Mil besos.
Un buen relato, no importa que el final no sea feliz, la historia es muy buena. Un abrazo
ResponderEliminarQue bello y triste relato y es que no siempre uno es capaz de sentirse integrado en su camino en la vida.
ResponderEliminarBesos
Un complicado modo de encontrar el sitio al que realmente se pertenece pero el destino está marcado así. Ella es Luna. Ahora ya nadie puede apagar su luz.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Muy buen relato. Me gustó mucho.
ResponderEliminarSigo tus éxitos Teresa y me alegran mucho, espero que sigan y sigan y sigan.
ResponderEliminarUn abrazo y un deseo, Feliz Navidad.
Brillante y enigmático relato. Un placer leerte, amiga. Saludos.
ResponderEliminarRecuerdo este precioso cuento tuyo. Muy mágico, como la Luna merece.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
=)
luna y mujer, luna y fertilidad. divinidad que fecunda. Hay una luna llena al año en la que todos los anfibios se aparean. Y es en la luna del solsticio de verano boreal que en las playas de la nórdica Suecia, las mujeres tumbadas desnudas sobre las arenas, quedaban preñadas por los rayos de la luna.Eso cuentan las leyendas. En tu cuento Luna se funde con su astro
ResponderEliminarGracias por compartir este relato excepcional, Teresa:
ResponderEliminarMe gustan sobre todo su agilidad narrativa, el misterio de su ambientación y su final abierto.
Un abrazo.
¡La luna guarda tantos misterios!!! esos misterios están en nuestras mentes, solo debemos dejar rienda suelta a la imaginación, como haces tu
ResponderEliminarSaludos desde el bosque.