“El lanzador de cuchillos por
llevarse algo al bolsillo trabaja de afilador…”
(Joaquín Sabina)
Una vez más tengo
que poner el maldito anuncio, esto se está convirtiendo en una amarga y
siniestra costumbre, con este ya son tres en el último mes.
“Se busca chica
joven, atractiva, valiente y con los nervios calmados para trabajar en el circo
como ayudante en el número del lanzador de cuchillos, preferiblemente delgada
para evitar riesgos. Interesadas contactar con Dimitri en la taquilla del CIRCO
OMSKAYA, situado en el recinto ferial.”
En cada pueblo, en
cada ciudad que visitaban se repetía la misma historia, esta situación no se
podría mantener durante mucho más tiempo. Eran como una familia, se habían
criado juntos, los más viejos del circo habían visto nacer a Dimitri, cómo se
convertía en una gran estrella, de los mejores especialistas del mundo en su
número; los mismos que asistían ahora a su triste y negro declive… y lo hacían
con un mutismo sepulcral, una especie de pacto de silencio que habían sellado
sin decir una palabra.
Aquella mañana la
caravana del circo arrancaba rumbo a su nuevo destino dejando oculto bajo la
arena sobre la que en los últimos días se había levantado la carpa multicolor,
un nuevo cadáver… aquella pobre chica no tenía culpa de nada, era una víctima
inocente… como las otras.
Mi conciencia me pesa cada día más y más… creo que ha llegado el momento de dejar el vodka.
jajaja excelente!
ResponderEliminarun cuento muy divertido Teresa. Un gran gusto haberlo leído....
ResponderEliminarPues no sé si ha llegado la hora de dejar el vodka, pero desde luego, ya hace tiempo que tenía que haber dejado los cuchillos. ¿No te parece? Ufff, ¡pobres chicas!.ñ
ResponderEliminarDivertida entrada Tere.
Un abrazo.
Jajajajaja, cómo me he reído
ResponderEliminarMuy real cuando en la trayectoria de la vida no se sabe retirar a tiempo, y buscamos a culpables que no lo son, un placer leerte.
ResponderEliminarMarta (Genoveva)
ja ja me lo temia, incluso pensaba en algo mas oscuro y siniestro vieno
ResponderEliminardo la trayectoria de la autora,,,,
Qué bien marcada esa decadencia del ser humano, y ese silencio de los otros que son cómplices de sus actos.
ResponderEliminarUn relato genial como siempre.
Un beso enorme :)
y un día cualquiera, el lanzador de cuchillos se fijó en la chica que bailaba en el lomo de los caballos al trote. Y desde entonces ya sólo lanza flores amarillas y hace rimas acabando en corazón
ResponderEliminarComo dice el emperador de Gladiador, que buena historia. No para la pobre chica, por supuesto. Noto una fascinación por las damiselas en peligro, y las potenciales victimas de lanzadores de cuchillos tienen un lugar destacado como damiselas en peligro.
ResponderEliminarVodka y puntería no resultan compatibles. !Un accidente! otro y a seguir camino sembrado de inocentes cadáveres femeninos.
ResponderEliminarComo dice Rodolfo, mejor lanzador de rosas a bellas amazonas.
En tu puro y genial estilo, aplauso contento y besito.
Hace ya un rato que leí la historia y puedo decirte que me ha encantado. Sobre todo ese ambiente, se me ha quedado dentro y me va viniendo a la mente, voy sintiendo lo que ocurre en ese circo Omskaya ... lo que pensará el trapecista, el payaso hablando seriamente con Dimitri, el elefante apisonando la arena para ocultar el cadáver ...
ResponderEliminarMuy bueno, amiga güevera. Besos.
hay mucha tristeza en esta bella narración, sutilmente edulcorada con finos trazos de humor.
ResponderEliminarUn abrazo.
emmmmm... menos mal que no me he presentado al llamado... todo pasa por algo.
ResponderEliminarAy, esas historias tuyas Tere! Dan escalofríos!
Besos!
Gaby*
Hola Teresa, buenas tardes,
ResponderEliminarcreo que Dimitri y yo tenemos muchas cosas en común jajaja
me la paso poniendo de estos anuncios! =)
y del vodka que te puedo decir, lo he dejado, pero el anís ha tomado su lugar =)
Historia corta atrapa más... fantástica entrada...
cuando vi el post en face pensé que se trataba de otro relato de aquellos, tú me entiendes, verdad? =D
un beso y un abrazo de inicio de semana