Páginas

miércoles, 27 de noviembre de 2013

ESTE JUEVES... CEMENTERIOS

Me uno esta semana a la convocatoria juevera de Charo de
¿Quieres que te cuente?, el tema...

CEMENTERIOS



La oscuridad y el silencio reinaban en el cementerio. Era una fría noche de diciembre, tan gélida y negra que ni el mochuelo había abandonado el calor del tronco del viejo roble.
Iba a ser su primera Navidad en su residencia eterna. Hacía solo unos meses que decidió que no merecía la pena seguir adelante y puso el punto final a la corta historia de su vida con un cocktail letal de ansiolíticos y antidepresivos.
Salió de su tumba, como cada noche desde que llegó allí, le gustaba pasear entre los caminos de arena que bordeaban los cuarteles de las antiguas sepulturas, leer los nombres grabados en el mármol gris de los bloques de nichos, más limpios, más modernos, más baratos… empequeñecer bajo las sombras alargadas de los cipreses, adivinar las formas que proyectaba la luna sobre las esculturas de mármol, sobre las lápidas, escuchar los grillidos y las carracas de los insectos nocturnos y los maullidos de los gatos que osaban romper el tétrico silencio del camposanto...

No estaba solo en sus paseos, eran muchos los que, como él, aprovechaban la ausencia de vida humana, de almas mortales… para observar el mundo desde su nueva dimensión.

Siempre terminaba su recorrido en el depósito, le gustaba asegurarse de que ningún cuerpo pasara su primera noche allí solo, la noche de tránsito… la suya había sido tan vacía… vivió solo, murió solo y fue enterrado solo con la única compañía del empleado de la funeraria.

Aquella noche la triste y fría camilla de mármol de la sala estaba ocupada. Lo que en vida hubiera sido un escalofrío recorrió su cuerpo cuando vio que se trataba de un pequeño ataúd.

_ Algún traslado que ha llegado tarde, le enterrarán a primera hora de la mañana_ pensó mientras levantaba la tapa de aquel diminuto féretro de madera blanca encontrándose con la mirada perdida y ausente de una niña de corta edad.
Observó su rostro frío y pálido como el de una muñeca de porcelana, nunca le gustaron esas muñecas… su pelo rubio, rizado, con los tirabuzones cayendo sobre sus hombros le daban un aire angelical.

_ No tengas miedo_ le dijo apretando su mano_ yo me quedaré contigo, no estarás sola.

_ No te equivoques_ contestó la pequeña_ eres tú el que debería tener miedo, dejé tres niñas muertas en aquel maldito internado antes de saltar por la ventana del cuarto piso para comprobar si era cierto que los ángeles negros podían volar... habló  con una voz hueca y profunda que el eco de aquella estancia hacía todavía más aterradora.
Se incorporó dentro de la caja, contrajo todos los músculos de su rostro en una mueca desencajada y espeluznante y con un movimiento tan rápido como violento liberó su cuerpo del blanco sudario que la cubría y con los ojos fuera de sus órbitas saltó del féretro.

_ ¡Me moría por salir de ese cajón! Jajaja, irónico ¿verdad?


Más historias de cementerios aquí














28 comentarios:

  1. Has hecho una magnífica construcción, me ha gustado mucho tu tétrico relato hasta llegar a ese inesperado final.

    ResponderEliminar
  2. Dime donde es, para no acercarme por ahí. Las apariencias suelen ser engañosas. La angelical criatura resultó ser la más diabólica.Terrorífico relato, Tere.

    ResponderEliminar
  3. A eso se llama rizar el rizo, si ya empezó siendo un lugar tétrico y escalofriante al final has logrado hacerlo aún peor.

    Besos

    ResponderEliminar
  4. Aun después de la muerte, tiene mala suerte. Quería ayudarla para que no se sintiera sola. Y resultó ser terrorifica.
    Sabía que podias esta ausente con esta tematica.. Pero me sorprendiste con tal logrado relato.

    ResponderEliminar
  5. Creo que con la recien llegada, se terminaron las noches de paz, que las que disfrutaban.
    Me ha gustado mucho. Un abrazo

    Lola

    ResponderEliminar
  6. Caray con la niña Tere. Fantástico relato que nos pasea por el cementerio a través de los ojos de un difunto. Y como siempre, excelente final. Enhorabuena y besos

    ResponderEliminar
  7. Uf, ahora la que si que tiene miedo soy yo jajaja.
    Besos

    Raquel
    .

    ResponderEliminar
  8. lo que yo me suponía: tras la muerte, podemos volar :-)

    ResponderEliminar
  9. UUUYYY! que miedo!!! Muy bien contruido todo el escenario.y vaya final. Espeluznante y terrorífico. Eres una maestra del género, amiga.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  10. Terroríficamente llevado de la mano este relato Teresa........

    ResponderEliminar
  11. Hola Teresa, buenos días,
    fantástico!
    me gustó la risita del final, le quitó un poco de tensión al tema =)
    "pero" debo decirte que el escalofrío me dio cuando le dijo
    -eres tú el que debería tener miedo (ahí me dije: -cag...mos! jajajaja)
    venías tan bien =)
    Una excelente historia, relatada por una de las mejores
    (según mis ojos)

    Te deseo un maravilloso jueves...
    ah y que quede asentado, los vikingos venimos de madrugada =)
    un beso grande

    ResponderEliminar
  12. Si estoy yo bien con mi sino de gastar mi tiempo, dando paseos por la playa.
    A esos sitios ya llegaré, cuando. irremediablemente, no pueda valerme.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. REDIÓS!!!, con lo tierno que iba y va y me plantas el último párrafo, jajajajajaja. En serio, salvo el último párrafo es una historia muy bonita y que nos da que pensar sobre el campo semántico de la palabra "realidad".

    Un beso

    ResponderEliminar
  14. Pues vaya con la criaturita!!! Has conseguido darle un giro inesperado al relato y dejarnos con los pelos de punta imaginándonos a la "dulce niñita".
    Gracias por participar.
    Un beso

    ResponderEliminar
  15. Qué susto! Al final la niña era de temer, y el pobre que al parecer había tenido una vida de desdicha justo fue a dar con ese engendro! Muy bueno el ambiente que has creado.
    Un beso!

    ResponderEliminar
  16. Vaya que has creado un clima de miedo! Ya el personaje dando sus paseo nocturno inquieta bastante... pero esa niña... joooo, que más que angelito negro! Juro que por la noche, no iré a respirar el aire de ningún cementerio (al menos hasta que me llegue la hora de ser un espectro y no me quede otra que hacer mis salidas transitorias).
    Buenísimo Tere!
    Besos:
    Gaby*

    ResponderEliminar
  17. El relato viene bárbaro, hasta tierno te diría hasta la mitad, después ya empieza a tener ese tono oscuro que sabes darle tan bien y el remate final que te eriza los pelos. Muy bueno Tere, hasta lo más angelical puede ser finalmente demoníaco.
    Un beso enorme.

    ResponderEliminar
  18. Woooommmm !!!
    que genial relato me ha encantado jajaja... fascinante y muy original MIL FELICITACIONES !!!

    ResponderEliminar
  19. Jolín con la niña de las narices, que susto, pobre de tu protagonista que imagino su cara al descubrir a esa criaturita jajajaja. Besote compañera

    ResponderEliminar
  20. Teresa a tí te tenia que haber leido de dia, Jooo! que niña tan repelente agggg! Eres tremenda tocando este género. Felicidades.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  21. Ufffff, yo crei que mi relato era demasiado crudo, pero me ganas, amiga. Vaya tela el trajin que hay en tu cementerio a la hora del paseo.
    Muaaaakksssss

    ResponderEliminar
  22. Este jueves me queda la rotunda seguridad de que no voy a pasear por ningún cementerio, es noche cerrada y me estáis dando la noche, si no duermo ¿ A quien de todos los jueveros llamo ? por favor. jajajaj
    Besos

    ResponderEliminar
  23. jajaja parece que hasta en el tenebroso mundo de los muertos estancados en los cementerios las cosas no son siempre lo que parecen!...esa niñita cándida en apariencia resultó ser un terrible demonio...no hay que dejarse llevar por la primera impresión!
    =D

    ResponderEliminar
  24. Verás, a mi me pasa eso y ahora mismo estaría corriendo por Tanzania, más o menos. No sé si a ese fantasma tan majoque has creado le habrá pasado lo mismo ...
    Vaya relato y vaya sorpresa, jaja.
    Besos, amiga güevera.

    ResponderEliminar
  25. Hola Teresa, tu relato me pareció genial. La atmósfera del cementerio la has bordado. De verdad que, como lector, me he sentido como si estviera allí. Además con un reparto ideal: fantasma bueno como protagonista y fantasma malo como enemigo jajajaa. Siceramente, genial.
    P.D.: Perdona que no pasase por tu blog hace un tiempo para recoger un premio. Mi conexión a internet es bastante mediocre y casi no puedo participar en esto por los problemas que me da para cargar algunas páginas. Pronto lo cambio y me uno a vosotros.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  26. Tere:sos de terrorrrrrr!!!! jajaj Yo iba también a tenderle la mano a la pobre niñita.... Menos mal que se me adelantó el pobre solitario muerto. Ni así pudo estar bien acompañado ¡qué karma!
    Sos la uno en esta lides del terror!!

    ResponderEliminar
  27. Me ha gustado tu terrorífico relato. Muy bueno.
    Besos

    ResponderEliminar

Deja en mis puntos suspensivos tus palabras...