PODÉIS IR EN
PAZ
Podéis ir en paz. Con estas palabras el padre
Hilario puso fin a su tarea dominical y
sentándose al volante de su seiscientos emprendió el camino de regreso a casa.
Después de cinco misas y diez vinos bien cumpliditos
el viejo cura no habría pasado los actuales controles de alcoholemia; el sol
entrando por las ventanillas y la modorra hicieron el resto.Nadie sabe si perdió el control del vehículo, se durmió o si el niño se le echó encima; cuando llegaron al hospital ya no se pudo hacer nada.
Pasó el tiempo y para los vecinos del pueblo aquella desgracia quedó en un terrible accidente en el que la justicia no quiso o no pudo encontrar culpables; aunque había quien no pensaba así.
No recuerdo exactamente qué día de la semana era; como todas las mañanas el párroco se encontraba en el confesionario calmando las conciencias de sus cuatro feligresas habituales; cuando creía haber terminado una inesperada corriente de aire le advirtió de la presencia de alguien más en la iglesia; sentándose de nuevo en la cabina musitó con desgana:
-
“Ave María
Purísima “
Y una desgarrada voz le respondió:- No he venido a confesarme sino a darte la extremaunción.
Más venganzas aquí mismo.
Jugó con las mismas cartas la venganza, amén.
ResponderEliminarTere convocante excelsa, jejeje, te has lucido con tu particular versión vengativa, tiempo al tiempo, desde arriba o desde abajo, la venganza es mía. Aplauso clamoroso y besito cariñoso.
Excelsa, excelsa...no sé yo, ahí has estado generosa jajaja
EliminarMuchas gracias guapa.
Besos.
Era cuestión de cambiar de sacramento. Estupendo relato vengativo donde los haya.
ResponderEliminarUn beso
Así es tampoco tiene tanta importancia la cosa...
EliminarGracias.
Un beso.
Jugosa venganza.
ResponderEliminarUn relato fuerte.
En pocas palabras una historia, y me gustan. Muy bueno.
Un abrazo
Y el atropello del cura basado en hechos reales...
EliminarGracias por participar.
Un beso.
Vaya, cuídate ese brazo.
ResponderEliminarGracias por estar con nosotros este jueves.
Muchos besos.
Me ha mantenido en vilo hasta final, una que es así de ansiosa, magnífica narración, al final me han entrado ganas de exclamar "Ite missa est". Bss.
ResponderEliminarjajaja,muchas gracias emejota.
EliminarGracias por venir.
Bss
¡Terrorífico! y excesivamente corto, da para más, pero ... que le vamos a hacer. Ahora, si hay versión "extendida", cap. 0 o cap. 2 me apunto entusiasta a leerlo.
ResponderEliminarBesos güeveros.
Gracias amigo güevero! la verdad es que sí sería interesante una nueva entrega del vengador justiciero jajaja
EliminarGracias por tu apoyo incondicional.
Besos.
De lo que empiza siendo un relato tranquilo, sale de no sé dónde algo que pone los pelos de punta.
ResponderEliminarUn beso
A mí me lo parece y más si piensas que el principio de la historia es un hecho real.
EliminarGracias por acompañarme este jueves.
Un beso.
ay, se me ha puesto la piel de gallina, que ha podido mas la venganza que la fe!
ResponderEliminarsaludos jueveros!
y gracias por tu bienvenida!
Así es, la venganza también puede mover montañas...
EliminarGracias a ti siempre, por estar con nosotr@s-
Un beso.
Joder con el cura, creo que le dieron la misma medicina y en su ambiente, con la extremaunción para que no se queje.
ResponderEliminarMuy bueno.
BESICOS.
Así queda todo en casa jajaja
EliminarMuchas gracias por tu presencia.
Un beso.
Yo que pensaba que menuda bolinga había pillado el bueno del mosen...o sea, que hay una que se los carga y encima lo dice. ¿Sabes que tu relato puede ser el capítulo 1 de una serie de relatos?
ResponderEliminarUn beso
El vengador justiciero... eso me ha dicho otro compi,me voy a tener que poner a ello.
EliminarGracias por acompañarme y un beso.
No me quedó claro si quien vuelve anunciándole la extremaunción es el cura muerto que volvió de la tumba para vengarse reclamando su puesto...pero la verdad que has logrado darle un clima muy acorde a ese contundente final de tu relato.
ResponderEliminar=)
Un abrazo
El final es un poco abierto, podemos pensar que se trata de un vengador justiciero, de algún familiar del niño atropellado o simplemente alguien que sabe lo que ocurrió y no quiere dejarlo impune.
EliminarMuchas gracias, Neo.
Un beso.
Un relato que se lee sin parar, la justicia se puso la venda en este caso, pero tarde o temprano a todos nos llega...
ResponderEliminarEl final te eriza la piel.
Un besote amiga :)
Gracias Karina, la justicia llegó hasta el confesionario.
EliminarUn besazo.
Últimamente te estás especializando en este tipo de cuentos de terror casi gótico o al menos fantasmales y con final sorpresivo. Me encantan. Este además es muy divertido y está contado estupendamente.
ResponderEliminarUn abrazo Teriri
Es que estoy pensando en hacerme Stephen King 2 qué igual tengo éxito y puedo retirarme del mundanal ruido jajaja
EliminarMuchas gracias, amigo.
Un beso enorme.
Un viento helado con la violencia de un fiero huracán. Sutil, pero implacable.
ResponderEliminarOle.
(No hay la página del penúltimo enlace)
Muchas gracias Mª Jesús por participar en la convocatoria, por pasarte por aquí a comentar y por estar siempre atenta a que los enlaces nos funcionen correctamente jajaja (es broma)
EliminarUn beso.
Con el demonio hemos topado... que ni con alzacuellos se despista. Me ha encantado la evolución del relato hasta el escalofrío del final...
ResponderEliminarFelicidades por la organización este jueves "encrecendo"... se que has tenido mucho trabajo. :))
Besos!!
Muchas gracias Matices guapa!La verdad es que se men juntado varias cosillas y he estado un poco estresá; espero que haya salido más o menos bien.
EliminarUn besazo.
Jolín ¡qué susto!; aunque esto si que fue una venganza desde el más allá. Es mejor no abusar del alcohol y menos si se es cura, que hay que dar ejemplo ¡caramba!
ResponderEliminarUn beso
En este caso de dar ejemplo poco!
EliminarMuchas gracias por acompañarme en este jueves 13.
Un beso grande, Carmen.
A mi también me gusta la idea de que sea un espíritu el que viene por la venganza ... le da como un toque mas espeluznante si cabe buuuuuuuu!!! Si querías asustar lo conseguiste (al menos conmigo) jajaja
ResponderEliminarun beso
Bueno, entonces todavía tengo futuro como asustadora o en el pasaje del terror jajaja
EliminarMuchas gracias por estar Any.
Un besazo.
Una venganza fantasmal. Ojalá a todos los que quedan libres de culpa tras un crimen les vinieran ha hacer justicia desde el más allá. Entonces preferirían confesar en este mundo y aceptar su pena. Siento que sea un hecho real. Me ha gustado la forma de contarlo, con las palabras justas.
ResponderEliminarY ese categórico final.
Un beso
Muchas gracias Leonor, por tu comentario, tu cariño y tu apoyo.
EliminarUn besazo grande.
Mmmm! qué venganza más lugubre! genial suspenso, justo y conciso pero suficiente para lograr su efecto. Mu bueno Tere!
ResponderEliminarBesos
Mmmm! qué venganza más lugubre! genial suspenso, justo y conciso pero suficiente para lograr su efecto. Mu bueno Tere!
ResponderEliminarBesos
Gracias Ceci!
EliminarUn beso.
Genial aporte de los jueves. No podía ser menos de la anfitriona. Termino con tu relato la lista de lectura de la convocatoria.
ResponderEliminarDel otro lado reclaman justicia y nada menos que a un párroco, más retorcido y brillante no podía ser. Me imagino a los del tránsito que dejaron pasar al sacerdote alcoholemia, es un buen cristiano no lo necesita, habrán pensado.
Muchas gracias Luis por tu comentario y por acompañarme en esta convocatoria.
EliminarUn beso y hasta pronto.
Con la iglesia hemos topado y nunca mejor dicho. Es que las misas deberían decirse sin vino. Genial desenlace abierto en cuanto a la identidad del vengador y a la extrema - unción que viene dispuesto a administrar. ¡Pobre cura!, total si sólo fueron diez vinillos.
ResponderEliminarGracias por tan magnífica conducción juevera, Tere.
Un fuerte abrazo.
Es que el hombre los servía bien cumpliditos!
EliminarMuchas gracias a ti, Pepe.
Un beso.
Muy buen relato Tere, el tema calentito, esos vinillos, que así como que el no quiere la cosa dejan poso, y en este caso más que eso. Un venganza terrible, para un dolor incurable,
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias por todo, San.
EliminarUn beso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPues que me he quedao petrificada, niña, que escalofrio.
ResponderEliminarUna puede imaginarse cualquier cosa en ese final abierto. La conciencia que no esta tranquila es el peor verdugo.
Un beso
jajaja, así es final abierto a la imaginación de cada juevero.
EliminarMuchas gracias, Rosita.
Un beso.
Quizás la curia debería plantearse pasarse a la "sangre de Cristo" sin alcohol, jajaja.
ResponderEliminarBromas irónicas aparte, muy buen micro. Me gusto mucho, felicidades.
Saludos
ibso
Muchas gracias a ti, Ibso y no me invites a pato eh?
EliminarUn beso.
Un último golpe bien asestado. Ese cura no se lo esperaba. Nosotros tampoco. Misión cumplida señora comunicadora, muy bien logrado!!!!
ResponderEliminarbesossssss
Muchas gracias Casssss con muchas eses!
EliminarUn besazo.
Jejeje un ultimo giro bien logrado. Me gustó mucho. Un beso
ResponderEliminarmuy buen relato
ResponderEliminarDios bendito, qué miedo!!!!!!!!
ResponderEliminarBesos, Teresa.
Pd.: hija, más vale tarde que nunca. Ainsssss...