De repente empezó
a llover. Negros nubarrones sobre mi cabeza presagiaban el diluvio. Seguía
lloviendo. Intenté refugiarme… fue inútil; corrí, pero la nube me perseguía o
me esperaba, no sé. El agua salada penetró en mi garganta.
Murió ahogada en
su propio llanto.
Más chaparrones en casa de Sindel
Hay momentos en que tenemos miedo de que nos pase...Solo momentos, luego sale el sol
ResponderEliminarbesos
Corto, conciso y tremendo! Lo más lamentable debe ser morir ahogada por su propio llanto. Me impactó mucho.
ResponderEliminarUn beso inmenso.
Muchos son los que mueren ahogados en su propio llanto que nace desde una lluvia de emociones desbordadas.
ResponderEliminarBesos.
Hola Teriri =)
ResponderEliminarmuy buenas noches,
pequeño pero contundente.
por un momento creí ver a la pantera rosa y a ese loco nubarrón que nunca deja de seguirla =)
(nada de ahogarse eh, ni con las propias ni con las ajenas, vale?)
Creativa y talentosa... "sigues como siempre"
Feliz noche
un beso grande
un personaje invadido por una tristeza enorme que lo engulle en un remolino de lágrimas.
ResponderEliminarArrollador! Nubes negras que pasan, pero no siempre llega a tiempo el sol.
ResponderEliminarSaludos
Corto e impactante. Que fuerte debe de ser morir invadida por su propio dolor. Tremendo.
ResponderEliminarUn beset.
A veces nuestras propias tormentas crean el mar en el que nos ahogamos...muy cierto!
ResponderEliminar=)
Un abrazo, Tere
Que intensa es esa emoción sombría para que las lágrimas ahoguen a quien la experimenta.
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