A MI HIJO LE CAIGO MAL
Pues sí, como lo oyes, no sé si reír o llorar, o simplemente pensar que son los daños colaterales de tener un hijo preadolescente. Pero cuando empiezas a recuperar tu vida, tu tiempo y te vuelven a valer los vaqueros de la 38, cuando ya casi se te ha olvidado lo que es cambiar pañales y dar biberones, un día te das cuenta de que tu niño, tu bebé, tiene una voz de pito muy rara, la cara se le ha llenado de granos y no quiere tener nada que ver contigo.
- Y ¿por qué te caigo mal, cariño?
- Bueno, no me caes mal del todo, ni bien, no me caes ni bien ni mal.
- O sea, que tu madre, la persona que más te quiere, que te ha traído al mundo y te ha dado la vida, ¿te es indiferente?
- Bah, pero no es para ponerse así, tampoco me caes tan mal…sólo un poco.
- Eso hijo, tú arréglalo ahora…que si lo sé me compro un perro.
Creo que lo ha escrito por mí.
ResponderEliminarEs un relato basado en hechos reales.
Es buenísimo.
Lo has pillado al vuelo y real como la vida misma.
EliminarTú si que eres "buenísimo"
Ya te digo.
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