ESTE JUEVES UN RELATO…UNA DE ESPÍAS

LA PUPILA DE LA AURORA

Mi nombre es  Margaretha  Geertruida  Zelle aunque puedes llamarme “princesa javanesa”, título con el que se me conocía en mis tiempos de casada; agente alemán H-21 o, simplemente, Mata Hari.

Hoy moriré ejecutada; me acusan de espionaje, de filtrar secretos militares a Alemania, de agente doble, incluso de ser la responsable de la muerte de miles de franceses. ¿Se puede ser tan ignorante y tan estúpido como para pensar eso?

No confío en que me conmuten la pena; no creo en la justicia humana ni en la divina y mis amigos, si he tenido alguno, no va a arriesgar su vida por mí.

Me atribuyen un mérito que no poseo, ¡ni siquiera bailo bien! Es cierto que he jugado a los espías, que he pasado información, falsa, en su mayoría, sin valor para ningún país, mucho menos para cambiar el rumbo de la guerra y que me he vendido al mejor postor, pero… ¿no es la discreción la máxima de un buen espía? Pueden acusarme de muchas cosas pero no de ser discreta.

 La cruda realidad es más simple que todo eso; ¿mi único valor? el de ser una mentirosa fascinante y una mediocre bailarina con una historia a sus espaldas, escrita por mí, de misterio, aventura, países exóticos… que se atrevió a exhibirse desnuda y seducir a algunos caballeros influyentes, a poder ser con uniforme: “amo a los militares”, moviendo las caderas  al ritmo de la danza del vientre.

Se acerca mi pelotón de fusilamiento. Parece que, después de todo, no cumpliré los cuarenta y dos.

 Debo prepararme; me conceden una última voluntad y deseo morir con mis medias negras y la capa de piel, la misma que dejo caer al suelo cuando mis ejecutores levantan sus armas. Es mi última actuación y me debo a mi público.

Solo cuatro de los doce fusiles atraviesan mi cuerpo desnudo; no tienen muy buena puntería…  son suficientes para acabar con mi vida, podían evitarme el tiro de gracia; no lo hacen.

Mi cadáver viaja ya camino de la cátedra de anatomía de la Facultad de Medicina. Mi espíritu llama a las puertas del infierno, donde es recibido por un atractivo y educado caballero, como un actor de cine, que quitándose el sombrero me saluda: “Este puede ser el comienzo de una gran amistad”.

Más informaciones secretas sobre espías en el blog de Juan Carlos:

http://jwancarlos.blogspot.com.es/