SEMANA 53
Se acaba el año y con él cerramos la cuenta de semanas y palabras que durante este 2015 hemos llevado a cabo gracias a mi querida amiga Sindel.
Me hubiera encantado participar en todas y cada una de las semanas pero no siempre me ha sido posible, aun así me siento parte de esta propuesta a la que tengo un cariño muy especial.
Quiero agradecer a Sindel su trabajo, su ilusión, su tiempo y su dedicación y espero que nos sorprenda de nuevo el próximo año con alguna de sus fantásticas iniciativas.
Y sin más preámbulo, os dejo ya con la última palabra del año que, como no podía ser de otra manera es...
FIN
Esta es la historia de la fascinante ninfa de las
palabras. Una hermosa y etérea criatura que cada semana lanzaba sus letras al
vuelo fundiéndose en armonía para formar una fuente de inspiración de la que
bebíamos ansiosos e ilusionados dando rienda suelta a nuestra imaginación y
creatividad.
Algunas veces no eran palabras lo que liberaba, sino
imágenes repletas de colores y significados pero que resultaban igual de mágicas
y evocadoras.
Cuenta la leyenda que próximo a expirar el año y
pasadas 53 semanas, el encantamiento terminaría y el hechizo que causaba en
todos nosotros perdería su efecto.
Hoy llegamos al final de esta aventura: una
maravillosa fábula de magia, historias y amistad que hemos hecho realidad
gracias a la ilusión, el amor y la armonía de nuestra Sindel, la misteriosa hada
del bosque de los cuentos sin final.
El tiempo se acaba, se cumple el plazo marcado por
el inevitable dios del tiempo, la aventura llega a término, se acerca el final,
pero me niego a que el desenlace de esta historia sea un triste epílogo de
lágrimas, adioses y despedidas, porque nadie, ni tan siquiera Cronos, puede
acabar con la magia de nuestra hechicera ni con el poder de las palabras.
Así que no pongo un punto y final sino unos puntos
suspensivos porque estoy convencida de que este cuento no acaba aquí, hoy solo
cerramos un capítulo de este maravilloso libro virtual que compartimos y que
cada día nos acerca y nos une un poquito más.
Gracias Sindel por los preciosos regalos de despedida.