Puntos suspensivos os da la bienvenida a una nueva convocatoria de
Este jueves un relato.
Sí, soy
juevera, lo reconozco. Lo soy desde hace casi ocho años y ha sido y es una experiencia muy enriquecedora, tanto desde el punto de vista literario como humano. Sé que muchos de los
jueveros actuales no me conocéis ni yo os conozco a vosotros, también sé que muchos de los que conocí "en mis tiempos" ya no frecuentan, como tampoco lo hago yo, este mundillo virtual, pero la vida son etapas, puertas que se abren, que se cruzan, que se cierran y otras que solo se entornan. Eso es para mí los jueves, una puerta que se abrió, que se interpuso en mi camino en un momento en el que realmente lo necesitaba, gracias a mi
madrijuevera Mª José Moreno a la que desde aquí mandó un beso enorme, que atravesé y que entorné cuando, por cuestiones de tiempo y de compromisos laborales y personales, no pude participar ni disfrutar de las convocatorias como quería hacerlo y como creo que debía hacerlo. Tras esa puerta encontré un montón de aventuras literarias, de viajes, de historias, de aprendizajes, de lecturas y de amigos, amigos a los que como a mí les gustaba escribir, con los que compartí muchos jueves de literatura y de los que aprendí muchísimo.
Cuando nuestra querida Vivian pidió voluntarios para llevar las convocatorias de agosto pensé que era el momento de poder regresar, aunque fuera solo por un jueves de verano, y sentirme
juevera de nuevo al cien por cien.
Así que aquí me tenéis, mucho tiempo después, de coordinadora, espero estar a la altura que la ocasión requiere.
Los que me conocéis sabéis que el blog fue el comienzo de mi trayectoria literaria digamos, pública, hasta entonces lo que había escrito lo había hecho para mí, ni tan siquiera dejaba que mi familia me leyera, aunque tampoco es que estuvieran locos por leerme; así que escribir un texto y publicarlo en un blog que podía leer cualquier persona fue todo un reto. Era exponerme en público, aceptar que habría lectores a los que les gustaría lo que hacía y habría otros, muchos, a los que no les interesaría lo más mínimo, pero me sirvió para perder el miedo y la vergüenza a que se leyera lo que escribía, y a aceptar las críticas buenas y malas (estas lo llevo peor, la verdad :) ). Siempre cuento, en plan abuela cebolleta, porque me parece una anécdota muy divertida y muy significativa, que cuando colgaba mis primeros relatos en el blog y en los jueves apenas le daba a "publicar" cerraba el ordenador y me alejaba lo máximo posible de él, me daba muchísima vergüenza que alguien me leyera, no quería saber nada ni hacerme responsable de lo que había escrito. Esos, fueron mis comienzos. Hoy todo eso ha cambiado un poco y aquí me tenéis enrollándome como si no hubiera un mañana, así que al grano.
Todo esta charla sobre mis inicios literarios tenía como única intención justificar el tema de esta semana que no es otro que:
Así empezó todo
Las normas ya las sabéis, abrimos la convocatoria hoy domingo para que vayáis preparando vuestros textos, el miércoles noche/jueves por la mañana comenzaré a enlazar vuestros relatos, así que por fi , cuando lo tengáis listo me dejáis el link de vuestro blog en los comentarios de esta entrada e intentaremos visitarnos todos para leer y enriquecernos con nuestros comentarios o simplemente para decirnos: "hola, he estado en tu casa y me ha gustado leer tu relato". Aceptamos relato, microrrelato, poesía, reflexión, ensayo o lo que a cada uno nos susurren las musas. No nos extenderemos demasiado por aquello de que leernos todos con tranquilidad lleva su tiempo, y creo que no me dejo nada más, solo añadir que es un verdadero placer estar de nuevo aquí.
Espero que os animéis a participar y que disfrutemos juntos de un jueves de comienzos.