viernes, 30 de agosto de 2019

Viernes de espíritus mundanos


Hoy ha venido un espíritu. Llegó solo, creo, eso no me lo dijo. Tampoco creo que quisiera nada especial, parecía una visita rutinaria, quizá de cortesía. Nadie más que yo sintió su presencia. Noté el frío tensando la piel de mi rostro. El reloj se detuvo pasadas las tres, cuando atravesó la ventana y mi cuerpo, que distraía el insomnio buscando parques temáticos en el cielo a través de ella.

Hoy ha venido un espíritu. Comprobó la batería de los sensores magnéticos de la alarma, formateó el ordenador y reinstaló el sistema operativo. Barrió el garaje y sacó la basura. No le gustan las arañas ni el cuadro del salón ni la nueva funda nórdica de mi cama ni el ambientador del baño ni el gallo del vecino que comenzaba a cantar cuando salió de casa, eso sí me lo dejó claro antes de irse.

Hoy ha venido un espíritu. No le han complacido los cambios que he hecho en su casa desde que él la dejó. Sé que volverá pronto. Antes de que el cable de acero me degollara le escuché farfullar sobre lo sucias que estaban las lámparas del salón. Supongo que en su próxima visita tendrá que limpiar también las alfombras.






5 comentarios:

  1. Cuidado con las visitas. Te descuidas un poco y te dejan las alfombras hechas un asco.
    Saludos.

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    1. Sí, las visitas pueden ser peligrosas :)
      Muchas gracias por pasarte a leerme.
      Un beso

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  2. Llegó para sacudir telarañas y hacer aseo a su manera. Lamentablemente sus estándares de limpieza son cuestionables jejee. Un abrazo

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    1. Espíritus controladores de limpieza, lo que nos quedaba por ver jajaja
      ¡Besos!

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  3. Toda una sorpresa, parecía un fantasma distinto, más bien amable. Pero resultó ser peligroso, con su obsesión por la limpieza.
    Besos.

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